La mirada del artista encuentra significado y placer en cosas inadvertidas y despierta nuestra concienca hacia lo que hemos aprendido a no ver.

lunes, 26 de abril de 2010

Silencios de primera calidad

Si llego a hacer algo importante en algún futuro y alguien decide escribir sobre mi adolescencia, seguro en este momento pondría:

"Para principios del 2010, y ya con 17 años, Ana se empezo a hallar. Pero no, no hablo del encuentro con sigomisma que afronto al ingreso del IVA como antes dijismos. No. Se trata de algo mayor, algo que supera las nueve horas semanales que aquella hermosisima institución le brindaba. Estamos hablando de un equilibrio emocional más general. Y aunque detesto las generalidades, estoy seguro que en este momento es algo positivo. Ana Paz comenzó a estudiar para esas fechas en el Instituto Superior de Formación Artistica Manuel Belgrano. Y entendió que solo es cuestión de asimilar las situaciones y con ello empezó a cambiar.
Digamos que para ese entonces, supo entender mejor su entorno, tenía amigos que no la comprendían, pero que tampoco era necesario. Supo que si pasó por situaciones no del todo agradables, fue por algo y que desde entonces, podia empezar a revertir muchas cosas.
Sobre todo, en esos meses, de Ana se apoderaron aires de placer. De esos que vienen acompañados de suspiros. De estar tomando mates en el patio con amigos y parar un segundo. Un segundo, totalmente íntimo en el cual se detenía a pensar "Soy demasiado afortunada de tener todo esto, amigos para reir, para matear, para llorar, para tomar cafe, para hacer arte, para compartir silencios de primera calidad, para dormir la siesta, para comprar ropa, pintarme las uñas, para irnos de viaje escuchando la guitarra y con el mate en la mano..." Ya no importaba, porque la felicidad no era un pico de emoción, no era un momento preciso que habia que aprovechar, que se nos escaparía de las manos velozmente. Era aún más que eso, la estabilidad y paz mental y física, que inmediatamente, la llevaban a un estado de armonía, era feliz y las cosas, eran buenas para ella."

1 comentario:

val dijo...

Hola soy una incoherencia para leer.

El día q se escriba un libro sobre tu adolescencia; el único autor al q se lo compraría sería a tu mente. Escrita especialmente por ella. Sería la única forma de entender las cosas.